Tu vive
¡Vive!
aunque sea sin mi,
mientras sigas vivo
lo soportaré
sin resignación alguna,
aunque el viento hiela
y tu ausencia repose
a orillas de mi alma.
Tu vive
¡Vive!
aunque sea sin mi,
mientras sigas vivo
lo soportaré
sin resignación alguna,
aunque el viento hiela
y tu ausencia repose
a orillas de mi alma.
Ven,
coge la silla y siéntate aquí a mi lado
que tengo algo que contarte.
Escucha bien
lo que mi corazón a de decirte
antes de seguir caminando
con pies desnudos y manos descalzas
de mi pluma inquietante.
Perdona esta mujer tuya
que tanto daño te provocó
con su lengua viperina,
perdona por no decirte a tiempo
lo mucho que mi corazón te amaba,
perdona
por todas esas noches sin dormir
haciéndote creer
que mi alma no te pertenecía,
perdona tanta arrogancia,
tanto orgullo y regalarte noches
de olvido de ausencias silenciosas,
perdona por hacerme de rogar
cuando en verdad
me gustaba que me buscaras.
Confieso
que me gustaba andar sintiendo
que me buscaras
siendo tan,tan tuya,
que ni yo misma me lo soportaba.
Sabía que te amaba desde el minuto cero
en que nuestros cuerpos
se cruzaron en el camino,
sintiendo toda descarga
atravesando mi espina dorsal,
y aún así
me alejaba de ti
sin saber porqué motivo
no quería darte a ver
mis sentimientos hacia ti.
Perdona por armarte de paciencia
con mis impertinencias
que no venían a cuento,
por todo dolor causado
y cegarme sin razón alguna.
Y aprendí de ti
los diez mandamientos
que sin darme cuenta
tu habias inculcado en mi corazón
con un juramento de amor eterno
amándome por encima de todo
y más allá de la eternidad,
aprendí a contar hasta cien y mil
vistiendo de paciencia mi ser
que tanto excasea,
aprendí
que el amor es mucho más,
aprendí a ver con tus mismos ojos
y a sentir en mis propias carnes
lo que yo a ti te hacía sentir.
Por eso hoy y siempre
te daré las gracias
una y mil veces
por esos diez mandamientos
que sin yo ver en su momento,
aprendí el más importante de todos,
que a pesar de mis caprichos y mis virtudes,
rigiendote por tu honor de caballero,
me amas y amarás infinitamente por encima de todo,
que nuestra vida
no tiene sentido alguno
el uno sin el otro.
Y
Aprendí
1_que me amas y te amo
2_que me cuidas y te cuido
3_que soy tuya y tu todo mío
4_que estarás a mi lado siempre como yo lo estaré
5_que si me jode me aguanto, pues que bonito es poder aguantarnos mutuamente
6_que me mimas y te mimo
7_que me adoras y te adoro
8_que me desearás eternamente y yo a vos
9_que seré tu todo siendo tu mi todo
10_que viviré lo indecible contigo, no tengo duda alguna.
Y si ahora te arrepientes
y crees que voy a dejarte,
ya te digo que sigas sentado en esa silla,
porque puede que estar de pie
te llegues a cansar de tanto esperar,
y que si te jode,te aguantas
porque habrás de aguantarme
toda una vida y toda una eternidad.
Y ya para terminar
y no aburrirte más,
te doy las gracias
por hacerme creer
en la magia de la conexión.
Si sólo aprendieramos de la vida,
al punto de no temer a la muerte,
la fiesta continuaría en el más allá,
con otro ruido,
quizás un silbido,
quizás un pensamiento persistente
o esos herejes que te rezan
sin adorarte con azotes lascivos
bajo susurros líricos.
Quizás una bendición,
pero desde la otra habitación
con forma de suspiro,
el aroma de una canción
en líneas de melodia,
viajando a ciegas
para dar con la luz del vacío.
Tal vez así
y solo así
la función seguirá
más allá de un universo infinito
donde la luz canta
y pinta de inmortalidad.
Muero en mi por ti,
en el Universo sin saber porqué.
Muero al sentir seductor y atrevido,
ante el fuego emocional sin respuesta
que humedece el momento
al reflejo de las pieles
que conectan al soñar.
Muero al sueño mágico
de la fragancia del recuerdo sin prisa,ni pausa.
Muero en cada momento
sin resignación alguna
en mi por ti.
Y aprendí de la vida
hasta el punto de no temer
a la muerte,
y aunque presos seamos
de la muerte,
nacemos,
vivimos
y morimos.
Y sentí que la vida soltaba mi mano, como un susurro roto, un eco lejano. Las horas se enredaban en mi pecho, y el aire pesaba más que el si...