A veces la esperanza
sé vuelve invisible
y otras
viaja en silencio
del corazón a la mente
llevándome a ti siempre.
Y sentí que la vida soltaba mi mano, como un susurro roto, un eco lejano. Las horas se enredaban en mi pecho, y el aire pesaba más que el si...
Tan sencillo como bello este poema. Son reflejos del alma…
ResponderEliminarEn mí, la esperanza surge a veces inesperada y súbita, pero lo hace siempre con dolor, pues aunque llegara ella, el sentimiento no podría ser vivido. A veces llenamos nuestra mente de tanta negatividad que se hace imposible vivir lo bueno que llevamos dentro. Y no lo digo por mí.
He llegado a la conclusión de que amo un sueño, un imposible. Tal vez en otra vida… pero en esta la suerte está echada, y ha dictado una cruel sentencia. La esperanza solo es una quimera, salvo que ocurriera un milagro.
Por eso, el dolor termina llegando a la garganta en forma de fuego que necesito apagar. Me digo que me debo a los vivos, a los que están y pueden estar, a los que me necesitan y no tienen problemas en necesitarme.
Pero eso no hace desaparecer el vacío… Por mucho que lo intente ignorar me acompañará el resto de mi vida.